Yoani Sanchez pierde un diente, pero no la dignidad. ultima parte. La estrella en el horizonte

El 20380 se mantenía serio, retraído, como si realmente fuera un guardián al cual le había encomendado una misión de seguridad nacional. Se aferraba del asa situada encima de la puerta trasera y daba la impresión de un guardaespaldas, un tipo rudo capaz de descuartizar en pedazos el negro de la noche, pero aun así logre sacarle algunas palabras sin conclusiones ni razones. “Come”-le dije. Suponiendo que pocas veces él, como policía, podía disfrutar de los dulces y los sorbetos, las galleticas y el refresco gratis. No así los agentes de la policía política privilegiados en recursos. Me dirijo al chofercito en varias ocasiones, por sus conversaciones con el Goliat pude enterarme que lleva tres noches apenas durmiendo un par de horas. Conozco el sueño del conductor y me he visto imperceptiblemente caer en un túnel donde los faros desaparecen delante de los ojos abiertos y el timón se convierte en un olvido. Al primer cabezazo te aferras al dominio de la responsabilidad por encima del cansancio, los próximos pueden ser vagos recuerdos de un impacto, y ruidos de hierros que se deforman en segundos, luego, si abres los ojos, el terror te secuestra y los minutos se convierten en un verdugo implacable.

Las llamadas del alto mando no han cesado, hacemos una parada para el re abastimiento de combustible. El Goliat va a ocupar el puesto del chofercito, pero el espacio entre la puerta y el muro de la pista por donde bajo el otro no se lo permiten. El muchacho ríe y corre el auto unos metros más. Ahora el “Geely” se mantiene más alejado del camión, no en balde confían en el Goliat, el muchacho se acurrucó y se quedó dormido. Unos km antes de la Habana establecieron todos los arreglos para el recibimiento. Escuché que en algún lugar nos esperarían. El camión desapareció, no supe si había quedado rezagado o se había desviado.

El viernes quedaba en el pasado y apuntaba el comienzo del sábado 6 de octubre. Miré varias veces en busca del camión con el “Moskovich Aleko” encima, al no verlo tuve dudas y cuando el Geely se desvió por la autopista que sale a la calle 100, tuve la impresión que no me entregarían el auto y yo iba rumbo a un calabozo en 100 y Aldabó o Villa Marista. Recordé afligido a mis amigos sufriendo también un engaño. Qué les habrán hecho -me dije resignado. Se detuvieron a la entrada del Parque Lenin, bajaron, el policía quedó en la puerta entreabierta mientras los otros dos conversaban con los recibidores. Sentí el ruido inconfundible de las Suzuki y el de un Lada. “Policías y segurosos. ¿Donde estaré al amanecer?” -me pregunté. Miré a través del parabrisas el oscuro horizonte, a lo lejos una estrella resplandecía como un prisma de colores. Melancolía y nostalgia, el pasado que retorna con el astro acompañándome en las guardias de madrugada con un fusil SKS al hombro. Más tarde brillando a estribor, babor o en la proa mientras el buque atravesaba el golfo. Pero la vez que su luz refulgió más en todo el espacio sideral, fue la noche que mi amigo balsero, agotado y perdido en la inmensidad oscura del mar recordaba delirando mis palabras de despedida: esa estrella brillante nunca la tengas a estribor o a popa si quieres llegar a Estados Unidos. “Eso me salvó”-me dijo cuando volvió de visita a Cuba.

El ruido del camión me tornó a la madrugada del sábado, escuché que buscaban un lugar adecuado para bajar el Moskovich. Sentí el arranque del motor y un chasquido de hierros rozando, deduje que la parte inferior de la carrocería había chocado con la cama del camión. Entonces me bajé en tono de protesta y advertencia. “Van a ocasionar una avería”. Me permitieron dirigir la maniobra, alzamos el auto entre todos y lo colocamos de nuevo sobre el camión, luego recogimos piedras y rellenamos el espacio hasta la altura del camión por donde descenderían las gomas del auto. Ayudado por todos, además de la fuerza del motor lo hicimos descender. Ya casi al final, debajo de la rueda delantera, las tablas podridas cedieron y la defensa rozó desprendiéndose sin graves resultados. Fue un trabajo en equipo entre represores y reprendido, obviando prejuicios creo que ellos estaban tan interesado como yo en finalizar. Los agentes de la patrulla maniobraron para iluminarme mientras yo ayudado por uno de los agentes volvía a colocar la defensa. Luego de entregarme el auto me comunicaron que era imprescindible llevarme hasta la casa y entregarme a un familiar. Les dije que mi hermana me esperaba en su casa, el agente de la Suzuki me dijo en tono amable que condujera delante de ellos hasta el lugar. Así lo hice y a las tres con quince minutos de la madrugada el de la Suzuki me entregaba a mi hermana como un niño encomendado a un cuidador. “Revíselo, que no tiene ni un rasguño”, y me entregó una bolsita de nylon identificada curiosamente con el rótulo de “basura infecciosa”, donde habían depositado la cámara, las memorias y el lector de tarjetas.

“No digo mentiras” -le dije. “Puede estar tranquilo, escribiré lo que he vivido”. Le invitamos a un café. No aceptaron y nos despedimos sin resentimientos. Unos minutos después regresó. Había olvidado la firma de mi hermana en conformidad con la entrega. Antes que los gallos saludaran los primeros claros del alba llamaba a mi amigo Reinaldo Escobar para estrecharle la mano con la certeza que el gran Dios caminaba a mi lado.

Allá, a lo lejos, en los límites del cielo, la estrella seguía brillando con sus  mágicos colores, acompañando a otro joven ingenuo con un fusil al hombro, un marino solitario o un balsero cubano buscando la libertad.

Acerca de agustinv

Periodista independiente graduado en la universidad de la calle
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7 respuestas a Yoani Sanchez pierde un diente, pero no la dignidad. ultima parte. La estrella en el horizonte

  1. victor ramos dijo:

    mucha palabrería, no terminé de leerlo y no pude saber lo del diente

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    • agustinv dijo:

      Muchas Gracias cubano. Eres dentista o estomatologo. es una broma, lo que no es una broma es que tiene un diente de menos y no lo quito un estomatologo sino policias, por error o negligencia, por odio o amor hicieron botar sangre de su boca.Saludos

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  2. Me da risa eso de basura infecciosa. Vaya, que le va bien a los esbirros.

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  3. elisabeth dijo:

    En su blog anterior, de serpiente y palomas hay un punto al que Ud se refiera sobre la gran LIBERTAD migratoria que se avecina al cual con toda sinceridad ni le habia dado la dimension que Ud destaca. Acurrucada detras del gran tema se esconde un avasallo mayor, a portarse todos bien porque si no te coge el cucu.

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    • agustinv dijo:

      Gracias, es necesario ver mas halla, el poder por el poder, la realidad es que Cuba solo les cuenta como poder no como pueblo. sera algo muy lamentable porque a Cuba pocos la estan amando como pueblo. seguira perdiendoce en este negro abismo de egolatria y perversidades donde el amor al projimo esta en el ultimo lugar de las necesidades. un abrazo

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