Al fin la verdad florece. Demagogias dictatoriales de Raúl Castro.

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No es la primera vez que enfoco el tema de la corrupción. Desde una época tan temprana como los años 80 pude darme cuenta hacia donde iba Cuba y su Revolución y así lo hice saber al Consejo de Estado.

El primer estudio lo entregué en las oficinas del primer ministro al retirarme de la marina en los años 90. Después de haber hecho infructuosos esfuerzos para lograr una entrevista con el endiosado comandante en jefe Fidel Castro Ruz al cual pretendía decirle, explicarle y demostrarle personalmente, con suficientes argumentos el desastre al abismo hacia donde conducía a Cuba con sus egolatrías y fanatismos políticos; y que nadie se atrevía a rebatirle.

No lo hacía desde una base radical opositora al socialismo como lo hago hoy, después de estar convencido de la disfuncionalidad del sistema y que las reformas en Cuba solo nos conducirá a una extensión del envilecimiento y la ceguera espiritual, dándonos una falsa percepción de justicia social y  volviendo a concebir  las erradas y banales  bases de las esperanzas para el progreso de la nación, pueblo y Estado caen en la trampa de las turbideces sociales y la “justicia” observada desde el exclusivo punto del poder, unos y otros del capital, tan inconscientes e indolentes que da miedo.

Mi ingenuidad por el desconocimiento de la barbarie, atrocidades y vejámenes que había cometido el poder contra los pensadores diferentes al sistema, conducían  mis análisis  más al perfeccionamiento del sistema y su reforma en base al derecho, la justicia y la libertad que a su destrucción. Por aquellos años había leído un libro referido a una entrevista hecha a Fidel Castro, (escrito por un tal Gianni Mina, creo si la memoria no me traiciona) donde decía que ningún dirigente o funcionario había robado. Yo le escribía al comandante presidente que le podía demostrar que robaba desde el recogedor de basura hasta el ministro, después de ir desglosando demostrativamente las distintas formas de robo según iba ascendiendo en la escala social y la posición política termine con la frase, “voy llegando a los ministros y usted es un ministro”, robar es tomar lo mas mínimo que no sea nuestro.  Pero todo no quedo ahí, continúe los análisis sociales pronosticando la indisciplina, el desorden y el deterioro de la conciencia social,  sembrado y cosechado por el fanatismo y el fraude político del socialismo que no era más que su egolatría  de emperador por encima de cualquier razonamiento equitativo. No creo que haya dejado de tocar uno solo de los males que nos atacan hoy y que son producto directo de la Revolución. Por sus frutos los conoceréis dice el versículo y ésta pérdida de valores es el fruto directo del sistema que aun se empeña en permanecer en el poder, mutando como una célula cancerígena o un malévolo virus social cuyo desarrollo es  antagónico con el progreso civilizado y humanizado de cualquier nación cuyo propósito sea alcanzar armonía, paz y justicia entre los hombres dentro y fuera de los pueblos.

Con apenas un  bolígrafo y papeles recogidos de los basureros  coronada la escritura con mi mala ortografía fui capaz de escribirles frases tan desafiantes como que el partido era un antro de hipocresía y corrupción, donde predominaba la   doble moral que era peor que su ausencia, que la corrupción estaba a la puerta de los círculos de la infancia y hoy quienes están al frente y dominan  la corrupción son los infantes que asistían a los círculos o cursaban sus primeros estudios en la primaria.

Hoy estoy seguro de haber sido uno de los primeros en Cuba que se haya atrevido  a escribir la frase dicha por Fidel y después por Raúl de que la corrupción iba a exterminar la Revolución, pero Nadie escuchaba como escribió el patriota cubano Mario Chanes de Armas. ¿Tenía el poder que llegar a esta crisis para escuchar?, ¿Había necesidad de llegar a esta miseria espiritual para reaccionar? Aun no creo en la buena voluntad del presidente ni del partido que gobierna porque todos, debilitadas sus conciencias, están penetrados de esta ineptitud y contaminados con estas indignidades que hoy están generalizadas, incrustadas como un gen más en el genoma del cubano y que desgraciadamente están impactando América. Ese partido tenía la obligación de respetar la nación, la responsabilidad ineludible de disciplinar con la fuerza del ejemplo, la decisión para actuar incondicionalmente en  defensa de los valores humanos y se  comportaron  ruin y perversamente, permitiendo que  delante de sus ojos, no se haya destruido la Revolución porque la Revolución se convirtió en des revolución unos años después del 1959, sino Cuba como pueblo nación y país. Esto   demuestra la esencia  dictatorial del gobierno y  las dictaduras solo entienden por la presión de los pueblos o por la violencia que no quiero para Cuba. Quién garantiza que el curso que aparenta tomar la sociedad no es circunstancial para mantener el poder. Quién garantiza que el discurso del presidente no está colmado de la misma  demagogia utilizada en los “inmaculados” discursos del ex presidente Fidel Castro tan elocuentes y emotivos que lograban tal impacto en las masas que confundía la realidad con el sueño. Cuando le declaman a los pueblos parte de lo que quieren oír  hacen germinar sus esperanzas aunque todo sea pura demagogia para consolarlos y acomodarlos a la resignación. Cuba está destrozada, corrompida, maltrecha, arruinada y esto es el fruto exclusivo de la revolución bajo la dirección de los dos hermanos Castros y el único partido que ha gobernado durante estos 53 años: el Partido Comunista Cubano.

Estoy plenamente de acuerdo en la certeza que el país está hundido en la miseria espiritual más perversa  que destaca  la historia de Cuba, cambiamos los valores por el mendrugo de pan de los basureros desperdicio del poder, y esto es un problema de todos, los que han gobernado por ordenar y los que han obedecido por obedecer, los que han conducido al abismo a la nación por conducir y los que se han dejado conducir, y acaso nos darán oportunidad a todos de participar abiertamente en el restablecimiento  del orden y la decencia.

La oposición, llamada oficialmente “contrarrevolución”, “mercenarios”, “gusanos”, “disidentes” y otros apodos denigrantes; autores y consumadores  de dar publicidad a este aberrante comportamiento   social y político, ¿estará incluida en los parámetros legales para  ejercer este derecho?, o una vez más serán excluidos, y las fuerzas del orden o el desorden, mejor dicho, se seguirán empleando en contra de su desarrollo.

Acerca de agustinv

Periodista independiente graduado en la universidad de la calle
Esta entrada fue publicada en económica, pol)itica, social y etiquetada , , , , , , , , , , , , , , . Guarda el enlace permanente.

Una respuesta a Al fin la verdad florece. Demagogias dictatoriales de Raúl Castro.

  1. Abel Gonzalez dijo:

    Estimado Agustin, sepa que aunque no he hecho ningún comentario en sus publicaciones anteriores, sigo leyendo (cada vez que puedo entrar al sitio) como siempre.
    Lamentablemente la corrupción no es caracteristica de alguna corriente ideológica, de alguna raza o de alguna nacionalidad. La corrupción esta, careo yo desde que esta el hombre sobre la tierra, pero se hace mucho más nociva cuando viene de parte de los que «deben velar» por los intereses de los ciudadanos.
    Esto esta sacado de una publicación que me gustaria que conozca.
    http://ideassospechosas.blogspot.com.ar/2013/05/mundoencrisis.html
    Que es la corrupción?
    Corrupción desde el punto ético no es otra cosa que la práctica de saltarse reglas éticas generalmente aceptadas en una sociedad. Aquellas normas que cada grupo humano adopta y consagra, porque las considera indispensables para estimular su acción colectiva, para sobrevivir, para desarrollarse y civilizar su convivencia.
    En política corromperse no es sólo quedarse con el dinero público, se trata de perseguir intereses puramente individuales en vez de cumplir con el rol que asigna la institución….
    El estado corrupto no se va ocupar de la infraestructura, hasta que su deterioro no afecten directamente su supervivencia. Sólo entonces actuará, pero mostrando su incapacidad, ya que intentará resolver con una sumatoria de medidas espectaculares un problema que requiere una profunda planificación. Entonces, es evidente que la consecuencia de no tener políticas de largo plazo es la paulatina destrucción de los bienes y recursos de la nación.
    http://ideassospechosas.blogspot.com.ar/ (La mano ajena)

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